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Un día con Dublineta Eire

Sabéis que últimamente me gusta hablar del destino. Él, precisamente, es el que me puso en el camino a Dublineta Eire . Nos conocimos el año pasado a través de un grupo de WhatsApp. Ambos íbamos a acudir meses después (en mayo de 2018) al II Encuentro Literario ROJa , que se celebra todos los años (desde hace dos) en Jaén. Desde el principio Dublineta me resultó muy divertida. Os aseguro que las historias que nos contaba por el grupo podrían formar perfectamente el argumento de una novela. Aún recuerdo, y lo hago entre risas, a aquel "extraño" con cicatrices en la frente y ojos saltones que nos tuvo a todos los del grupo en un vilo la tarde anterior al evento. Lo digo con el corazón en la mano:  Dublineta no es divertida. Es mucho más que eso. Cuando nos conocimos en el evento, sin embargo, nos cortamos. Eso algunas veces suele pasar. Las redes permiten algunas licencias que luego nos dan un poco de vergüenza mantenerlas cara a cara. Y, aunque habíamos dicho que nos í

XI Encuentro Literario con Sabor a Café

Como cada mes, algunos autores de Fuengirola, Coín, Alhaurín y Málaga nos hemos reunido en El Azul Café de Fuengirola para charlar sobre literatura. En esta ocasión, el XI Encuentro Literario con Sabor a Café ha sido más light , por eso de que estamos en agosto y casi todos estamos de vacaciones.  Hoy nos hemos permitido la licencia de hablar también de otras cosas mucho más... personales. He de reconocer que nos ha venido bien, ya que nos ha permitido conocernos más y afianzar las bases de nuestro grupo, ese que empezó hace ya un año y que cada día va consiguiendo dar un pasito más en este difícil, aunque maravilloso, mundo del arte. Os dejo unas fotos donde se puede ver lo bien que lo pasamos todos juntos. El próximo encuentro tendrá lugar el 14 de septiembre de 2018 (D.M.)  Os espero.

Un día con Anne Redheart

A veces, el destino hace que te tropieces con personas que jamás pensaste encontrar en el camino de la vida. Algunas se pierden poco a poco. Otras, se quedan para siempre. Eso fue, precisamente, lo que me ocurrió a mí hace ya algunos años. Conocí a Anne Redheart a través de un grupo de WhatsApp y nuestra amistad se fue forjando poco a poco desde el primer día. Por aquel entonces, ambos teníamos miles de dudas dentro de este fragoso, a la vez que estupendo, mundo de la literatura: maquetación, portada, eventos, regalías… Ambos, al igual que a la extensa hornada de nuevos autores que acabábamos de entrar a formar parte de la editorial, vivíamos en una constante incertidumbres. Éramos novatos y, como ya se sabe, para no pagar ninguna novatada, debíamos aprender rápidamente. Desde el principio, Anne me resultó una persona intuitiva, cariñosa, risueña y luchadora. Con ella se puede hablar de cualquier tema, algo que no ocurre con todas las personas: si hay que ponerse serios, lo ha